dimarts, 13 d’octubre del 2009

ATOMIC (Auditori Barcelona, 8-10-2009)

Havard Wiik (Imma Casanellas)
Frederik Ljungkvist (Imma Casanellas)
Magnus Broo
trompeta
Fredrik Ljungkvist
saxos tenor y barítono, clarinete
Havard Wiik
piano
Ingebrigt Haker Flaten
contrabajo
Paal Nilssen-Love
batería y percusión




ATOMIC (Imma Casanellas)


Potente descarga energética en un concierto muy esperado del grupo escandinavo, que en los últimos años ha aterrizado por diversos escenarios de Catalunya, pero no en Barcelona. La banda lo agradeció con gusto y ofreció un recital en muchos momentos avasallador, con guiños al Free Jazz de los 60’s, aderezado con enlaces poco menos que viscerales al jazz nórdico, léase EST, Nils Petter Molvaer, etc.

Para empezar, presentaron “Retrograde” el triple CD que salió a finales de 2008 (del sello Jazzland con Bugge Wesseltoft a la cabeza) , y anunciaron la próxima aparición de un nuevo trabajo, del que ya avanzaron algunas de las piezas. Según proclamó Fredrik Ljungkvist, las han estrenado pocos días antes en Estocolmo. A la primicia nos remitimos para alabar el tema “Fishers” de Havard Wiik, que sonó casi al final para demostrar que el camino que nace en la tradición del free no ha terminado todavía y, por lo menos, Atomic tiene mucho que decir.

A parte del repertorio, hay que remarcar el extraordinario nivel individual de todos los solistas, empezando por los “compositores”, Ljungkvist y Wiik. Seguramente la exigencia física, sobre todo en el saxo barítono, hay que ponerla de relieve, dejando para gusto de sibaritas los pasajes a dúo, ya sea de contrabajo y trompeta, o de barítono y batería. Un autentico lujo para los amantes del buen jazz. En el tema antes mencionado, “Fishers”, el dúo contabajo+barítono fue de los que quitan el hipo.

Notorio también el espíritu de esta banda, que siempre desde una estructura totalmente acústica, intenta llevar al límite las exigencias sonoras del Free. Pasa por las conexiones folk y blues típicas de Ornette Coleman, a las tan plagiadas “sheets of sound” de Coltrane y logra, a través de esa atmósfera sideral nórdica, hacer una música conectada con todos, pero especialmente singular y fresca.

Finalmente, destacar la excelente sonoridad de bajo y batería (para cumplir con los estándares nórdicos), que contrastó con una ligera “sombra” en la que cayeron en algún momento tanto los saxos como el piano. Trabajo incansable y también sobresaliente de Magnus Broo, en tareas tanto solistas como, extrañamente, de acompañamiento. Sin duda, la exploración de las posibilidades del grupo es otra de las características de esta banda de campanillas.


Fotos (Imma Casanellas)