divendres, 19 d’agost del 2011

TOM HARRELL QUINTET (Barcelona, 12/8/2011)

Tom Harrell, trompeta y flugel
Wayne Escoffery, saxo tenor
Danny Grisset, piano
Ugonna Okegwo, contrabajo
Johnathan Blake, batería
Tom Harrell Wayne Escoffery


Momentos antes de bajar una vez más a la cava del Jamboree, una pregunta me iba dando vueltas entre oreja y oreja: ¿por qué estábamos de nuevo entrando a un concierto de Tom Harrell? Iba a ser (sería) la tercera ocasión, y la segunda en un mismo curso. El tópico estaba servido y me dispuse a preparar la  lista de grandes bondades del trompetista. Mientras discurría por su sonido soplado, siempre tan denso, y por la ambición que tiene por seguir diciendo cosas nuevas, no me acababa de creer que la razón fuera simplemente esa.  Por supuesto, sólo tuve que esperar a que sonara la primera pieza, y la pregunta se contestó sola: el que me empujaba a bajar las escaleras era el grupo, eran los músicos. Después de cinco años juntos, Harrell ha conseguido una empatía absoluta con ellos. Es Johnathan Blakemás, están el saxofonista Wayne Escoffery, quien continúa dando pasos de gigante hacia un inminente liderazgo (espero verlo con grupo propio, más pronto que tarde) y por otro lado el baterista Johnathan Blake, un hombre que, a pesar de su juventud, se nos muestra como un músico ya maduro, con un beat claro y versátil que le ha valido una nominación a los Grammy®, y le ha permitido acompañar figuras de la talla de Kenny Barron o Russell Malone.

 Ugonna Okegwo Paradójicamente, en un Jamboree lleno y con algunos trompetistas entre el público, el concierto estuvo presidido por un par de  atriles con partituras. La todavía reciente salida al mercado del disco “The time of the sun” (Mayo 2011) sin duda tuvo la culpa, aunque a la postre los papeles no actuaran más que de apuntes ocasionales. “The time of the sun” Danny Grissetes un trabajo construido sobre una persistente base de fusión, con pinceladas funk y un discreto toque latino. Una combinación que se mostró muy sutilmente en el set que presenciamos. Tan sutilmente que a muchos les pasó desapercibida. Así es Harrell: discreto y efectivo, un músico completo que valora por encima de todo a sus acompañantes. Un gesto de ida y vuelta, puesto que ellos corresponden al guante con un sonido compacto e identificable, casi una seña de identidad. En este concierto fueron especiales los vertiginosos pasajes del trío, con Danny Grisset a la carrera y Ugonna Okegwo sudando literalmente la camiseta, y también la lírica con la que tenor y batería afrontaron sus dúos. Ellos hacen que la cultura Mingus de la que procede Escoffery, se encuentre a la perfección con la escuela rítmica de Elvin Jones con la que se identifica Blake. Un pulso fino, incluso sosegado por momentos, y al tiempo implacable y diverso.

Así transcurrió el concierto, entre los ritmos marcados de la fusión y  un repertorio sugestivo que permitió el lucimiento de la banda. Nuevo material del trompetista que se muestra muy activo en sus giras. Desde que empezó el año le hemos contado hasta seis presencias europeas, combinadas con apariciones también bastante frecuentes en el Village Vanguard neoyorkino. No me extraña que la foto de bienvenida en su web sea una instantánea en el interior de un avión.

A final y como bis, un guiño a Dizzy Gillespie y Charlie Parker, con una veloz versión del clásico “Now’s The Time”. Las raíces, siempre presentes.