diumenge, 5 de desembre del 2010

LOUIS SCLAVIS QUINTET (L'Auditori, Sala Oriol Martorell, Barcelona 24/10/2010)




Louis Sclavis (Imma Casanellas)
Louis Sclavis
clarinete, clarinete bajo, saxo soprano
Matthieu Metzger
saxo alto y soprano
Maxime Delpierre
guitarra eléctrica y programación
Olivier Lété
bajo eléctrico y programación
François Melville
batería


A vueltas con el jazz-rock. Quien conozca un poco al clarinetista y compositor lionés Louis Sclavis sabrá leer el concierto de Barcelona, y lo situará en una nueva aventura de éxito. Estoy seguro también que no le sorprenderá el guiño magistral hacia la fusión “weather-report” que nos sugiere “Lost On The Way”, el disco editado en 2009 que el quinteto presentó en el marco del Festival de Jazz de Barcelona. Tal como advierte el folleto del Festival, el disco hace referencia a la Odisea de Homero, un marco excelente para una ruta de regreso. No sabemos si a Ítaca o más bien a un género venido a menos, como la fusión.

Ahí radica lo maravilloso. El viaje de retorno que se propone, musicalmente hablando, resulta despierto y refrescante. Adornado desde el talento de los solistas (geniales Matthieu Metzger y el propio Sclavis), y desarrollado bajo la influencia de la música tradicional centroeuropea de raíces diversas, el concierto avanzó amablemente y sin sobresaltos. Las irrupciones que produjo el musculado François Melville desde la batería fueron las únicas excepciones. A parte de jugar fuerte en el beat, tuvo recursos en sus alforjas para todos los envites que presentaba el “viaje”. Buenas sensaciones, aunque siempre en segundo plano, las que dieron Maxime Delpierre a la guitarra y Olivier Lété al bajo eléctrico. Los modificadores electrónicos estuvieron totalmente justificados e integrados, dejando las pinceladas justas para el viraje al jazz-rock.




Maxime Delpierre (Imma Casanellas)

Olivier Lété (Imma Casanellas)




















Matthieu Metzger / François Melville
 (Imma Casanellas)



















































Premio para los incondicionales de Sclavis y un suspenso para los encargados del sonido. Un ruido persistente que provenía de algún monitor nos inquietó durante un buen rato. Pasados un par de minutos sin que se solucionara la cuestión, el grupo decidió continuar con el concierto, ahogando la molestia a base de volumen. Esta vez la sombra de ECM no se presentó.